Una muestra más de la importancia de las artes en la educación básica. En este caso lo ha realizado ConArte. Sin embargo, estas estrategias no son desconocidas por la Secretaría de Educación Pública (SEP); están las acciones realizadas por la Vaca Independiente e IMASE, por mencionar algunas. La nota exagera en afirmar que es el primer estudio. El asunto candente consiste en, ¿Por qué seguimos ofreciendo una educación aburrida, rígida, y penosa, que recuerda a la novela El nombre de la rosa, a los niños y las niñas de México? Y a pesar de ello, seguimos en el último lugar en las evaluaciones internacionales. No vale la pena el tipo de experiencias de aprendizaje que ofrecemos actualmente:
¿Cuál es el verdadero impacto que tiene el arte en la formación de un niño?, ¿Por qué apostarle a la educación artística en la preparación de un menor? La respuesta a éstas y otras interrogantes parece dilucidarse por primera vez en México. Con apoyo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Asociación Civil Consorcio Internacional Arte y Escuela (ConArte) ha producido el primer estudio entre alumnos de escuelas primarias, que demuestra que la instrucción artística ayuda a los menores a mejorar sus habilidades motrices y de percepción, cognitivas y sociales-comunicativas. Realizado en dos escuelas del Centro Histórico durante el ciclo escolar 2007-2008, el estudio implicó la participación de 900 niños de cuarto, quinto y sexto grado. La mitad de ellos recibieron durante todo un año los beneficios del programa Aprender con danza (creado por ConArte). El resto de la muestra, no recibió la instrucción artística y sirvió como grupo de control. Las conclusiones del programa, arrojadas por la Consultoría Estratégica en Educación, que dirige Citlali Castro, señalan que los beneficios de la instrucción artística en los estudiantes implican una mejora en sus habilidades motrices y de percepción respecto a la coordinación espacial, rítmica, atención y escucha musical. Además las habilidades cognitivas relacionadas con el aprendizaje de la aritmética, el vocabulario y la relación a través de semejanzas, mejoran. En un tercer rubro, las relaciones sociales y comunicativas de los menores evolucionan a nivel intrapersonal e interpersonal. Para los especialistas los beneficios inciden directamente en el ambiente escolar disminuyendo la violencia, estimulando el trabajo en equipo, mejorando la disposición para el aprendizaje e incrementando la autoestima de los pequeños alumnos.
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