El monumento al despilfarro de los gobiernos federales mexicanos sigue sin funcionar cabalmente. Se han utilizado más de mil millones de pesos en un megachasco, ¿Hay algún partido político que ha buscado castigar a los culpables? Ninguno. ¿Cuántos talleres de disfrute a la lectura se pudieron realizar? ¿Cuántas obras digitalizadas y puestas en una biblioteca gratuita?
A pesar de la inversión de más de mil 200 millones que implicó la construcción de la megabiblioteca Vasconcelos, si usted acude al espacio en automóvil no podrá hacer uso del estacionamiento; tampoco podrá visitar el famoso invernadero, uno de los atractivos del espacio que fue anunciado por las autoridades y si las horas de estudio se alargan y le da hambre tendrá que salir del edificio para consumir alimentos, pues la cafetería habilitada en el lugar tampoco funciona. Fernando Alvárez del Castillo, director de la llamada Megabiblioteca, justifica las razones por las que estos espacios continúan sin ofrecer sus servicios al público. “Tanto el estacionamiento como la cafetería son asuntos que en este momento no están dentro de mi ámbito”. Ambos, agrega, son competencia de las áreas jurídica y administrativa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que realiza “un análisis” sobre la viabilidad de concesionar los servicios o administrarlos por cuenta propia. “Yo desconozco en este momento cual va a ser la figura administrativa que se utilice, aunque el estacionamiento tiene las condiciones para funcionar de manera automatizada”. Donde el futuro aún es incierto e incluso “no se ha concluido” el proyecto, es en el invernadero. Alvárez del Castillo afirma “no podemos abrirlo todavía en las condiciones en las que está” y la biblioteca tampoco cuenta con el personal suficiente para atender esa área.
En tiempos de crisis, este monumento al mal gusto se convertirá en una obra negra.
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