Como uso y costumbre de los políticos mexicanos, cada 15 de mayo se recuerda a los maestros a través de pomposos discursos, palabras que brillan como pirita, frases que parecen de un comercial de automóvil norteamericano, y algunas medallas. Como es usual, ahora sí se anuncian cambios de fondo:
El gobierno federal afirmó que en los próximos meses habrá “cambios de fondo” para mejorar la calidad de la educación en México, al impulsar la transformación del programa de Carrera Magisterial, la creación del Sistema de Evaluación Universal para los docentes y la autonomía al Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE). Según esto, México necesita una educación moderna, equitativa, humanista, de calidad, que “iguale oportunidades de superación para los mexicanos”, pero que “impulse el crecimiento económico y acelere el desarrollo democrático del país”. “La nación requiere de una enseñanza que equipe, verdaderamente, y arme a nuestros estudiantes de conocimientos, de habilidades. Una educación que les permita conseguir empleos bien pagados”. Al mismo tiempo que haga a niños y jóvenes defenderse, exigir justicia, respetar la legalidad, las instituciones y de que “las normas o instituciones deben cambiarse por medios democráticos”.
El gobierno del DF crea un nuevo mecanismo para capacitar a los docentes:
La Secretaría de Educación del Distrito Federal puso en marcha el Centro Integral de Formación Docente, y anunció la incorporación de 70 mil maestros a la Red Ángel y un programa de capacitación de mentores en el extranjero. El titular de la dependencia capitalina, Mario Delgado, explicó que la verdadera guerra en el ámbito nacional debería darse en el terreno educativo, y con mayor énfasis en el nivel básico. Señaló que para ello se requiere capacitar a los docentes, pues de los 192 mil 359 que laboran en el Distrito Federal, 30 por ciento no reciben ningún tipo de adiestramiento, aun cuando casi 70 por ciento tienen una antigüedad laboral de entre 11 y 20 años y requieren de una actualización en su desarrollo. Respecto de la puesta en operación del Centro Integral de Formación Docente, indicó que la estrategia es tomar las mejores experiencias de las distintas instituciones de educación superior para actualizar, capacitar y formar inicialmente a 3 mil profesores en una modalidad semipresencial o virtual.
Y el secretario de Educación no pierde oportunidad para un discurso más:
El secretario de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, señaló que ningún país del mundo hace lo que hace México en materia educativa y presumió los avances que se han logrado en educación, aunque dijo que aún falta mucho pro trabajar. “Reconocemos que desde un punto bajo hemos partido, pero reconocemos que la política ha estado dando resultados, ya más de 80 mil maestro se han incorporado al magisterio gracias al concurso de plazas, tenemos programa de estímulos”, se han multiplicado los cursos, talleres y diplomados para actualizar a los maestros, así como reactivado y fortalecido la participación de los padres de familia. Manifestó que se ha rehabilitado infraestructura educativa, se han equipado escuelas, se ha trabajado en la reforma curricular y en la reforma para las escuelas normales.
Pero como a los discursos se los lleva el viento y duran menos que un latido de mosca, la realidad es bastante cruel. En pleno siglo XXI, muchas escuelas mexicanas siguen siendo escuelas precarias y de bajo nivel de calidad. De alguna manera, los mexicanos se han acostumbrado a tener escuelas basadas en la cultura de la pobreza. Un ejemplo en Tamaulipas, donde una precaria construcción es el fruto del esfuerzo de los padres de familia, no de una política ni esfuerzo federal o estatal:
Entre aulas construidas de madera y lámina, unas a punto de colapsar y con temperaturas de hasta 40 grados, maestros y al menos unos 5 mil alumnos de escuelas de Reynosa se olvidaron por un año más de promesas que los políticos hacen durante sus campañas, en el tema educativo. Profesores de estas escuelas, ubicadas en la periferia de Reynosa, aseguraron que ellos no tienen nada que festejar, ya que las condiciones en que laboran, y en que sus alumnos soportan las horas diarias de clase, son indignantes. La escuela construida hace más de dos años en la colonia Nuevo México, ubicada en la periferia de esta ciudad fronteriza. Sus 130 alumnos del nivel primario estudian en condiciones precarias, en cinco aulas construidas con pedacería de madera y lámina, que aguardan sus pocos y viejos mesabancos en un piso disparejo de tierra, únicamente dos salones tienen piso de concreto que les regaló una empresa, y otra aula de madera con forro de triplay que fue donada por el programa Vivir Mejor del gobierno federal. Aquí las madres de familia fueron las maestras por más de un año, ya que las autoridades estatales y federales no tenían recursos para enviar y pagar profesores; hoy ya tienen mentores, pero su sueldo a veces tarda hasta 30 días en llegar. “Los demás salones fueron construidos por los propios padres de familia, con recursos propios, con los materiales que se encontraban y que servían para levantar las aulas”.
El sistema escolar mexicano no puede con las demandas del siglo XXI, tiende a su desaparición en menos de un siglo. Parece que el presupuesto federal está encaminado a sostener votos corporativos y una baja calidad:
Hace algunos años, la figura del maestro en México estaba considerada como la de un líder o modelo en la sociedad. Con el paso de los años, esta tendencia ha ido a la baja por varias razones, como la falta de preparación, la cantidad de huelgas y paros que realizan y que dejan a miles de alumnos sin clases y principalmente por la corrupción y burocracia dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) a nivel estatal y federal. Cada año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), da a conocer cifras relacionadas con la educación en el mundo. Según los últimos datos que corresponden a 2010, la organización aseguró que México es uno de los países cuyo gasto por alumno en educación sigue siendo muy bajo:
• Educación primaria: 2,111 dólares por alumno (6,741 en países de la OCDE)
• Educación secundaria: 2,136 dólares por alumno (8,267 en países de la OCDE)
• Educación superior: 6,971 dólares por alumnos (12,907 en países de la OCDE)
Aunque México invierte el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) para atender las necesidades educativas y sanitarias de los niños, es de los países con peor desempeño en pruebas de matemáticas y lectura.
Poco se podrá hacer en un país en donde lo más valioso para la historia son los discursos que se repiten miles de veces con el deseo de que se vuelvan realidad. Poco se puede esperar si no cambia la sociedad civil para tomar en serio el desarrollo de las capacidades humanas para aprender durante toda la vida, mientras la sociedad civil no apoye la ciencia y la tecnología, mientras la sociedad civil no ofrezca buenos salarios. Mientras estas ideas no cambien serán la materia prima para la producción en serie de discursos que repiten los gloriosos deseos de hace 200 años en este territorio.
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