La juventud en México

México tendrá la cifra más alta de adolescentes en su historia, se concentrarán en estados con alta marginación y serios conflictos sociales:

Mientras la edad de ese grupo poblacional crece y se acerca a la madurez, los riesgos y problemas que enfrentan se incrementan rápidamente: entre 2005 y 2006 se han registrado más de dos mil suicidios en este sector, así como más de 100 mil accidentes automovilísticos (entre ligeros y graves) en los que estuvieron involucrados muchachos de 18 años. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en 2005 la población del país ascendía a 103 millones 263 mil 388 personas, de las cuales 16.1% correspondía a adolescentes entre 12 y 19 años (16 millones 706 mil 989 jóvenes). Los estados donde más adolescentes hay son Chiapas, donde ellos representan 18.5% de su población (795 mil 268); Guerrero, donde 18.2% son adolescentes (569 mil 903), y Oaxaca, donde 18.1% de la población está en este rango de edad (636 mil 407). Esta es la cifra de adolescentes más alta que ha tenido México, lo que incrementa los retos y riesgos de este grupo.

No tendrán oportunidades de acceder a la educación superior:

Sólo podrá ingresar a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) uno de cada cuatro aspirantes, debido a la falta de cupo, afirmó el rector de esa casa de estudios. En el contexto de la firma de un convenio de colaboración entre la universidad y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), el rector expresó que “de los 40 mil aspirantes a entrar a la UAM, ingresarán poco más de 10 mil. Nos hubiera gustado poder aceptar otros mil para llenar los espacios de carreras de baja demanda, pero no es posible”.

Sin un constante y verdadero apoyo a la educación superior, la ciencia y la tecnología, “México estará en una posición no conveniente para alcanzar su desarrollo”, advirtió el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “si queremos avanzar, son necesarios apoyos adicionales a educación, ciencia y cultura, para lo que se requiere destinar más recursos, dar prioridad a estos campos, pero no en el discurso, sino en la inversión”.