Entre el poco interés en la lectura de los mexicanos y las regulaciones fiscales, resulta más sencillo triturar libros que venderlos o donarlos:
¡Salva un libro!.. de la trituradora. Éste es el deseo que motiva la segunda Venta de Bodega de Libros de Remate que convoca a todas las editoriales, grandes y pequeñas, privadas o públicas, a sacar sus volúmenes de los almacenes y ofrecerlos a precios “realmente bajos”. “Las editoriales mexicanas tienen sus bodegas llenas de títulos que han pasado por ofertas, rebajas y saldos. No saben qué hacer con ellos, ya que se les prohibe donarlos a menos que paguen impuestos por esa acción; además, aunque los almacenen son considerados activos fiscales. Por eso algunos sellos se ven en la necesidad de triturarlos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario