Se presenta el plan para el fomento a la lectura en México y con el propósito de desarrollar una sociedad del conocimiento:
Hernández Pacheco destacó que dentro del plan estratégico institucional, se contemplan desarrollar siete líneas de acción para el fomento a la lectura: la primera, la formación inicial y permanente de los bibliotecarios; la segunda, el desarrollo y difusión de contenidos relativos al fomento a la lectura. La tercera acción, continuó, es la vinculación entre las escuelas y las bibliotecas públicas para garantizar la distribución y el acceso a los libros; la cuarta, formación de lectores plenos de la cultura escrita; la quinta, estudio de usuarios para asegurar la existencia de materiales escritos que respondan a los intereses de las bibliotecas públicas. La sexta, accesibilidad de la población a los libros, a través de las bibliotecas públicas y, la séptima, el desarrollo profesional de los bibliotecarios en materia de fomento a la lectura.
El funcionario precisó que el reto que enfrenta ahora la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, es hacer que el modelo de ellas pueda contribuir a la construcción y el desarrollo de la Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Pero, la ley de fomento a la lectura no se ha promulgado:
A mes y medio de que el Congreso de la Unión aprobó la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, que establece un precio único de los ejemplares, el diputado Alfonso Suárez del Real lamentó el retraso que hay en su promulgación, el cual atribuyó al rezago en la publicación de reformas legislativas. El secretario de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados aseguró que ello se debe a la gran cantidad de reformas, adiciones y nuevas legislaciones que se han venido aprobando, tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Diputados.
Utilizan el teatro para fomentar la lectura:
El hecho de que la obra sea presentada como lectura dramatizada y no un montaje no le resta atractivo ni mérito, asegura Héctor Ortega, quien aclara que, fuera del narrador, los actores participantes, siete, sólo leen el libreto en unos cuantos pasajes. “Es algo muy divertido, en el que hay vestuario, mucha acción”, afirma. “No es como la lectura en atril, donde los actores están de pie sin moverse. No. Aquí entran soldados, disparan; aparece el diablo, un mono amaestrado que lee el pensamiento, hay duelo de albures; son pequeños cuentos y referencias que cualquiera de ellos podría dar lugar para escribir una novela”. Para leer Cien años de soledad es la segunda pieza creada por Ortega como parte de un proyecto con el que busca fomentar el interés y el gusto por la lectura y el libro mediante el teatro.
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