Ante una situación de alta inflación, precios altos en los alimentos, bajo crecimiento económico, crisis financiera en los Estados Unidos; los recursos asignados a la educación se verán reducidos por el aumento en la violencia del crimen organizado y la fuga de los jóvenes hacia otros lugares menos pesados que la realidad mexicana:
Las universidades públicas del país resienten la creciente violencia en México, en algunas entidades causada por la delincuencia común y en otras por la organizada, en especial la que es producto del choque entre las bandas del narcotráfico. Este incremento en la inseguridad y la narco violencia ocasiona que de los fondos que se aprueban para el servicio educativo de más de 2 millones de jóvenes, ahora se desvíen recursos al reforzamiento de las medidas de seguridad en los planteles, incluso contratando elementos de la Policía Auxiliar Preventiva. Hasta ahora, al presupuesto de estas instituciones no se ha incorporado el rubro de seguridad en los campus como gasto cotidiano, coinciden rectores de órganos como el Instituto Politécnico Nacional y de las universidades estatales de Sinaloa, Zacatecas, Veracruz y Tamaulipas. Rectores de universidades públicas del país señalan que los alumnos no solo son víctimas de la delincuencia y la violencia, sino que también “se han convertido en los principales clientes” de organizaciones de narcotráfico porque son fáciles de inducir al uso de drogas o incorporarlos a las filas de los cárteles.
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